Podríamos decir que se debe a la antigüedad en el mercado, a su fuerza de ventas, a sus planes de mercadotecnia, a sus sistemas de comercialización, a la automatización de sus procesos, a la innovación constante de productos, a la cobertura que tiene de mercado, o simplemente a la “buena suerte”.
Sin embargo, al analizar con mayor detenimiento estas y otras respuestas, encontramos que todas ellas tienen un factor común y medular que las hace ser exitosas: “La capacidad permanente de aprender a aprender”.
Una organización que aprende a generar dinero, una organización de labor social que aprende a conseguir donativos, una organización que aprende a exportar su tecnología, una organización que aprende a integrar a la familia de sus colaboradores al desarrollo de la organización, etc., siempre podrá salir adelante porque han aprendido a aprender. Si algo no sabe la organización, está dispuesta a investigar y aprender lo que sea necesario para enfrentar los retos y situaciones que se les presentan.
Para aprender, es necesario en primer lugar estar dispuesto a cambiar y a vencer el miedo a experimentar. Por supuesto, la experimentación debe ser controlada para medir y evaluar los resultados y factores que contribuyen al éxito.
La organización requiere aprender a utilizar de una manera selecta y práctica la tecnología directiva que existe y está disponible en el mercado. Esta tecnología directiva se está generando continuamente por las universidades, por consultores especializados, y sobre todo, por las propias organizaciones.
La tecnología directiva le brinda beneficios a una organización, siempre y cuando ésta le dé el tiempo y la oportunidad de producir sus frutos.
Un colaborador, un proveedor, un consultor es bueno en función de que subsane las actuales necesidades de la organización y le empiece a dar resultados desde el corto plazo. ¡Sí! La experiencia debe empezar a dar resultados desde el principio.
Una organización que se preocupa por alcanzar sus resultados de negocio y por su salud, toma la iniciativa para mantenerse siempre sana y revitalizada con experiencia útil. ¡Esperar que una organización sane por sí sola, puede ser mortal!
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